En el estado de México, como en el resto del país hay una gran preocupación por el alto nivel del crimen que nos azota y en el ejercicio de la congruencia con el Gobierno Federal y el Estatal de Andrés Manuel López Obrador y Delfina Gómez, respectivamente, persiste una especie de clara incertidumbre no solo al final de los resultados de los comicios del domingo 2 de junio, sino antes y desde luego, de lo que pueda ocurrir en un escenario adverso impredecible y que lo fuera, a partir de las mediáticas encuestas que dan por un hecho que la doctora, Claudia Sheinbaum Pardo, será la Presidenta y que pondrá un piso más a la “Cuarta Transformación en esta Cuarta República”, como si no hubiese una competencia o hubiese otros candidatos u otros datos, con Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, en el justamente “México Roto, El México Dividido, Polarizado, Fragmentado y Ensangrentado”.
Un México total y completamente “cicatrizado”, de enorme dolor y pesar, de cientos de miles de muertos, de desaparecidos, de “madres buscadoras”, de familias asesinadas a sangre fría, de las extorsiones y los derechos de piso, del pago de peaje para pasar en colonias u unidades multifamiliares de un lugar o de un lote a otro en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), los territorios ocupados por grupos delincuenciales, ya en todos lados, y que no se puede seis años más de andar abrazando criminales, seis años más de ser omisos permitiendo actividades ilícitas financieras a través de las remesas, seis años más de cogobernar con el crimen organizado y que son riesgos y amenazas latentes en el aquí y el ahora para la seguridad nacional y en numerosos temas de la agenda pública.
La realidad es desafiante para todos los mexicanos, las elecciones serán inéditamente las de mayor tensión, preocupación y miedo, y entre diversos riesgos; uno más, de que nos podamos convertir en un narcoestado. La violencia acapara los reflectores del estrepitoso fracaso en materia de seguridad, y aún así, se siguen “negando las cosas”, y es Zacatecas, Tamaulipas, Sinaloa, Michoacán, Jalisco, Veracruz, Guerrero y el estado de México, o si lo vemos de otra manera, en el Norte, el sur o el occidente del país, las “cosas están calientes o que arden” con tanto fuego, derivado de la “guerra territorial” entre los grupos del crimen organizado, y en verdad, no es nuestra la batalla, cuando lo mínimo lo que demandamos el otro resto que piensa diferente al inquilino de Palacio Nacional, es seguridad y paz, es de primaria la ecuación.
Por otra parte, transitar en la renovación de los poderes públicos federal, estatal, municipal y en los Congreso de los Unión y en el Edomex, legislatura local, en este complejo y elevado índice de criminalidad, el reto es mayúsculo, y en regiones por ejemplo de la entidad mexiquense, y aunque digan lo contrario, no hay condiciones, y no es porque partidos políticos no tengan membresía, como aseguraría en secretario general de gobierno, Horacio Duarte. La situación esta rebasada, el despliegue de prácticas y politiquerías del pasado, neoliberal por supuesto, por parte del Ejecutivo y ya de todos para “controlar la agenda electoral”, y justificar la fallida estrategia de seguridad insistimos, de “los abrazos y no balazos”, la guerra contra el narco que iniciaron otros y no el Tabasqueño, quizá Fox, Calderón o Peña Nieto, simplemente el discurso está agotado.
Es claro el impulso del regionalismo y el poder regional, y en estos escenarios las organizaciones criminales han jugado un papel fundamental y México ha logrado ser en estos casi seis años de morena literalmente, un edén. En el Edomex, lo hemos dicho, empieza a encubar una presumible y enorme red, consolidando un grupo político poderoso que opera en el Oriente, en esa zona con su punto estratégico, San Vicente Chicoloapan, Ixtapaluca, Chimalhuacán, Ciudad Nezahualcóyotl, Ecatepec, Tecámac y Texcoco, y en el que en términos de votos, fueron los que llevaron a Delfina Gómez a la gubernatura y al histórico cambio de régimen, de la mano además de Duarte, del senador Higinio Martínez, y diversos alcaldes, entre ellos, Nancy Gómez, Mariela Gutiérrez Escalante, Felipe Rafael Arvizu de la Luz, Xóchitl Flores, Adolfo Cerquera Rebollo, Sandra Luz Falcón y Fernando Vilchis.
Los contextos de máxima alerta, el pánico de la incursión en el “Dia D”, de “células o justamente grupos de choque” presuntamente a cuidar la elección, y la gran incógnita, además las 10 colonias prioritarias de esos 5 municipios del Edomex de 50 en el país, los cuales desde octubre del 2023, los han venido trabajando, y solo ellos, nadie más que ellos, los Servidores de la Nación, actualmente Servidores del Pueblo, todos ellos activistas, militantes y simpatizantes de morena, saben las comunidades y todas donde está posicionado el partido movimiento, básicamente en localidades emergentes o populares, y de esos cinco municipios tres están en la Zona Naucalpan, Tlalnepantla, Tultitlán (NZT), y dos en el Oriente, Ecatepec y Chimalhuacán, en el que, en unas demarcaciones a entrarle seriamente y con todo, y en las otros, contener el voto y lo interesante, respetarán los resultados los “Novos demócratas”.
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