La “nueva política urbana” en municipios del estado de México y de manera especial en la Zona Naucalpan, Tlalnepantla y Atizapán de Zaragoza (NZT), y demarcaciones periféricas a este espacio metropolitano, no dejará de ser un asunto de relevancia importante en la agenda de lo local, aún en alcaldes en funciones como los reelectos y electos para el siguiente período Constitucional 2025-2027, a iniciar el próximo 1° de enero, y conocer en muchos la hoja de ruta a seguir para la planeación necesaria, la utilidad del territorio, su preservación o conservación, en el ambiente medio, en el orden social y quizá el jurídico entre otras líneas de acción a desarrollar a propósito de robustecer con la participación ciudadana, justamente, los Planes Urbanos de Desarrollo.
En la región, persisten numerosos asuntos que tienen que ver con los diferentes conflictos por el piso urbano; los cambios de Usos del Suelo, densidades, alturas, factibilidades, licencias de excavación, construcción, alineamiento, estudios y dictámenes de mecánica del suelo, impacto ambiental y otros requerimientos, y que iniciaron de hace tiempo atrás, quizá alrededor de dos décadas con indistintos planes de incorporación territorial, litigios presumiblemente del mismo tiempo, una brutal especulación de la tierra, y lo que hoy demasiados hablan de la progresión de los “Carteles inmobiliarios, de Ejidatarios y para el caso Comuneros”, y que son lo que alcanzan la mayor plusvalía en los numerosos proyectos.
Contamos en la NZT, con Planes de Desarrollo Urbano Municipal, insubsistentes, como por ejemplo el de la ex alcaldesa morenista de Naucalpan, Patricia Elisa Durán Reveles, e igual de reposición al instrumento completamente diferente al del gobierno pasado, el de la edil, Angélica Moya Marín, por no cumplir con la traducción al Otomí, y que al parecer no permitieron publicarlo en los tiempos del ex gobernador, Alfredo Del Mazo y que aún viaja en “limbo”, y podemos deducir que este registro se encuentra varado, y al parecer, todavía como que falta un paso más en su aprobación y resolución por los órganos jurisdiccionales y de gobierno, y por el discurso de campaña del presidente virtualmente electo, Isaac Montoya Márquez, es probable que se llegue al diseño y construcción de un Nuevo PUDM, así como frenar totalmente “Los Carteles Inmobiliarios, clausurar y suspender todo proyecto en esta materia.
En ese orden, los desarrollos que están en proceso, los inconclusos y los que vienen en puerta sino cumplen con la normatividad requerida y no tienen asegurados sus servicios públicos básicos y estará en toda su decisión por cuestiones de congruencia política, la revocación de permisos a edificaciones, demoliciones, y sean de quien sean, e inevitablemente, la revisión a conciencia de todos los multimillonarios complejos urbanísticos y de manera importante, los de la VI Sección de Lomas Verdes, el Centro Tecnológico de la Industria Automotriz Ford- Latiz en “El Cristo”, Terralago y Artha Capital en “El Cerrito”; obra suspendida por un juzgado de distrito ante un amparo promovido de por Miguel Miramontes, Loma Plana en Bellavista, ALIAH y los diversos planes que aparecieron de manera inusitada en toda La Cuenca Hidrológica de San Mateo, en tiempos el ex alcalde, panista verde-ecologista, Edgar “Albertano” Olvera Higuera, presuntamente en complicidad con la ex directora de Desarrollo Urbano, Nina Hermosillo Miranda.
Asimismo, y que a nadie se puede engañar, la progresión en esa zona y en otros polígonos “susceptibles de progresar” basada y presumiblemente decirlo como es, en “los Planes Urbanos de oficinas alternos a las alcaldías del “Lugar de las Cuatro Casas”, con Gaby Olvera, Pablo Tortorello y Los Argueta”, quizá y además en un trascedente grupo de urbanistas de la región del nivel de la maestra Thalía Juárez, Carlos Corral, Luis Cota Arredondo, Alfredo Zavala y José Ramón Jarquín, y de ellos, casi todos, en algún momento justamente directores de Desarrollo Urbano y Territorial o como le denominen; en Naucalpan-Atizapán de Zaragoza, Cuautitlán Izcalli y Huixquilucan, y simple lo es, observar esas franjas limítrofes entre municipios, en la Zona Esmeralda; Chiluca, Condado de Sayavedra, las inmediaciones de Rincón Verde, Santiago Tepatlaxco y del otro lado, San Francisco Chimalpa, Villa Alpina, “El Hielo”, y la devastación en la Sierra de las Cruces- Otomí-Mexica.
No es para nada raro o extraordinario, la presunta revelación de numerosos desarrollos urbanos en toda esta región; y lo cuestionables a alcaldes comentábamos; en funciones, como los reelectos y los virtualmente electos, a frenar la progresión desmedida y el completo éxito de la industria inmobiliaria, la cual deja también millonarias utilidades a ayuntamientos con las diversas contribuciones o gravámenes a que son sujetos, y es igual al alcalde, Pedro Rodríguez Villegas en Atizapán de Zaragoza, y las sistemáticas denuncias del crecimiento desordenado, teniendo como consecuencia el deterioro ecológico de la Tierra de las Aguas de Tiza, y su Plan Urbano de Desarrollo Municipal, que facilita según los colonos de Lomas de Bellavista que preside Etelvina Gil y de otros fraccionamientos urbanos y comunidades, esta devastación de sus áreas naturales y naturales protegidas, y sus zonas limítrofes con Santa Ana Jilotzingo.
El asunto para nada es extraño, lo extraño es que prevalecen polígonos urbanos imposibilitados para la creación de proyectos habitacionales, comerciales, grandes torres de “corrupción e impunidad, “ moles o rascacielos de más de 20 pisos, con problemas de agua potable; planes estratégicos de movilidad, conectividad y accesibilidad, impacto ambiental, y que no son de la noche a la mañana, de dos, tres años o hasta un lustro, pese a que las autorizaciones varían de una administración municipal y la otra, y que al final, sean rojos, azules, amarillos, verdes o guindas, no deja de estar en todo momento y lugar “la tentación, el coyotaje, los hampones de cuello blanco y las oficinas locales o despachos en otros lugares que operan en privado”, y cuidado con los demás desarrollos que viene en puerta, aquí en la NZT, y El Panamá de México, Huixquilucan, y en la Ciudad Adolfo López Mateos.
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