No deja de ser interesante la reestructuración y simplificación administrativa de los gobiernos municipales del estado de México anunciada por diferentes alcaldes virtualmente electos y reelectos sobre todo de los de morena, en el sentido de descompactar direcciones, obviar la duplicidad de funciones, personal y los uno y diversos gastos y en la media, generar ahorros que contribuyan a saldar pasivos a proveedores, pagar litigios del hoy denominado contingente económico que tiene que ver con una serie de juicios laborales, mercantiles, agrarios, además de débitos a proveedores y prestadores de servicios, y que sumados a la deuda pública, se tienen multimillonarios compromisos históricos con la banca comercial o de desarrollo y las obligaciones actuales.
Bajo ese esquema, es seguro y por los plazos de contratación, y en algunos casos, que no todos, los precisamente pasivos, pasarán inevitablemente a las gerencias que entrarán en funciones el 1 de enero del 2025, y entre otras realidades, conocer el Estado en que se entrega y al mismo tiempo, las condiciones en que se recibe la Hacienda pública municipal, y más allá de que no todos son iguales o cortados “con la misma tijera”, y con presumible probabilidad de “aplicar el Año de Hidalgo, el que ya saben: Chin…el que deje algo, o el de Carranza, agarra todo lo que sea porque no alcanza”, difícil la enorme tentación, cerrar completamente un ciclo de gobierno en la adversidad, el facilitar el proceso de transición dentro de un ejercicio de cortesía política, y aunque presuman “que tienen ojos e informantes en diversas partes, lo más sencillo, enviar en un disco compacto la información requerida, al cabo que cuentan con sus orejas, sus espías y sus traidores”.
En los ayuntamientos mexiquenses muchos saben del justamente Estado que guardan las “Haciendas Municipales”, y de ellas, quizá las de mayor interés por la elevada carga de contribuciones, así como su aportación al Producto Interno Bruto (PIB), a la entidad y el país, entre las que destacan en la NZT, Naucalpan con el 18 %, Tlalnepantla el 12%, a la vez de sus demarcaciones periféricas como Ecatepec 8.9 % y Cuautitlán Izcalli el 5.5 %, y Atizapán de Zaragoza el 3 % e igual, los millonarios presupuestos anuales de Ingresos y Egresos, en tanto de los altos niveles de endeudamiento público registrados en los gobiernos locales de la región que casi o siempre, son verdaderos “dolores de cabeza”, para ediles que salen y los que entran, consolidando un impactante precisamente pasivo histórico.
Los cálculos anuales o estimaciones del gasto público como en ” El Lugar de las Cuatro Casas”, en el 2024 aprobado por el órgano de gobierno de la alcaldesa Angélica Moya es de 5 mil 612 millones de pesos; “En La Tierra de Enmedio” del munícipe Marco Antonio Rodríguez Hurtado ” El Tony”, 4 mil 895 millones de pesos, “La Ciudad Adolfo López Mateos” con el alcalde reelecto, Pedro Rodríguez Villegas, 3 mil 925 mdp; ” Tú Casa entre los Árboles”, Karla Fiesco presupuestó 3 mil 267 mdp, y Ecatepec, Fernando Vilchis proyectó más de 7 mil mdp, para este “Año Electoral”, y que gran parte del recurso se va al Capítulo1000 de esta proyección financiera, sobre todo en el rubro de sueldos y salarios, en lo que respecta a las distintas nóminas posiblemente de todo tipo.
En ese orden, precisamente nominas desde las formales, de la base de servidores públicos sindicalizados y de confianza, hasta la de lista de raya, y la de ” aviadoras y aviadores”, “gratificaciones especiales” y de alguna manera las canonjías presuntamente “por levantadedos en los acuerdos de cabildo, por votar sistemáticamente todo en contra y en determinados casos, sin ni siquiera tener amplio conocimiento de los asuntos”, y en “la traición, el quedar supuestamente bien, y en diversos cabildos, total y presumiblemente mediocres”, no aportan nada como tampoco sustentan y documentan planteamientos de relevancia extraordinaria, y únicamente buscarle el recoveco a efecto, de estar a favor de nada y en contra de todo, y mejor transformar el desahogo de asuntos generales como la oficialía de partes o el espacio propicio para la quejas y denuncias.
Sin embargo, y en la mayoría de las Haciendas públicas, alrededor del 50 por ciento de los presupuestos anuales, es prácticamente para cubrir los salarios del aparato de gobierno, es un recurso etiquetado, y en el cual imposible sería, pero que ya ocurrió, no tener dinero para pagar nóminas y prestaciones de ley a la base laboral de servidores municipales, sindicalizados y de confianza, y no una quincena, sino hasta 5 y en casos extraordinarios, hasta 8 y 10 quincenas y prestaciones de ley a su propia gente que trajeron a “devengar” en el mejor de los casos una plaza, o cobrar en alguna “pista de aviadores”, y la referencia de análisis es clara en el pasado gobierno morenista de la ex alcaldesa, Patricia Elisa Durán, y no puede ser por más que infieran en su investigaciones demasiado erróneas, que este gobierno triplicó más que el anterior el Capítulo 1000 de la tasación anual.
Por otra parte y no es mentira el desastre financiero que se heredó, y valga la proposición del todavía diputado local de Naucalpan, David Parra Sánchez de “blindar el Capítulo1000” en su rubro de sueldos y salarios, para que este recurso económico no se toque, no se utilice en otros fines o utilidades, y los trabajadores de base, sindicalizados, de confianza del ayuntamiento, el Oapas, Sistema DIF, Policía, Protección Civil y Bomberos, y todos los funcionarios municipales, incluidos alcalde, síndicos y regidores, tengan garantizados sus legítimos derechos laborales, debido a que también ocurrió que por instrucciones de la ex alcaldesa, no se le pagará a un edil de su propio partido por no coincidir con su forma y estilo de gobernar incurriendo a los Tribunales Electorales para que se le pagará.
El tema es interesante, y más cuando regresa en la alternancia político-electoral morena a administrar como justamente la otrora “Joya de la Corona”, y su alcalde virtualmente electo, Isaac Montoya Márquez, quien ha venido planteando adelgazar el aparato público y efectivamente, aplicar la denominada austeridad republicana en la gestión desde lo local, y destinar los ahorros efectivamente en obra pública y abatir la impunidad y corrupción, cuando en lo que se observa, el alto y hasta formados una serie de compromisos y otros que ya se sienten directores, subdirectores y jefes de departamento pactados según con “Los David Kairos” Sánchez Guevara”, “Los Edgar Olvera Higuera”, y líderes de empresas del transporte que van por movilidad por los miles de votos que aportaron al proyecto.
Con respecto a Tlalnepantla, donde el presidente municipal virtualmente electo, Raciel Pérez Cruz volverá a gobernar a partir del 1° de enero del 2025, y que difícil que el medio de impugnación prospere y mantenga cierta esperanza o un “sueño irrealizable”, lo mínimo que podría esperar, es recibir como entregó en el 2021, a Marco Antonio Rodríguez Hurtado “El Tony”, con “deuda cero”, una hacienda pública saneada y con margen de maniobra y definitivamente, el trabajar en lo que resta del año, en mejorar entre otros conflictos, el complejo tema de la seguridad pública, y cambiar el total rostro e imagen de la policía municipal, considerada de las más corruptas del estado de México, arreglar lo que tenga que arreglar en el gobierno central, como en el Organismo de Agua, OPDM, y El Sistema DIF que, con enorme presunción sortearon diferentes convenios publicitarios en todo tipo de medios, escritos, digitales y con “los cuates” de siempre”…
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