De la reelección de Alejandro Moreno y Carolina Viggiano, a la Presidencia Nacional del PRI y secretaria general, respectivamente, consuma la más grande “simulación y atraco histórico en el Revolucionario Institucional, de un proceso interno lleno de complicidades” de quienes con el voto de 600 consejeros en el órgano deliberativo del pasado fin de semana, validaron la dramática extensión de “Alito” hasta el 2028, y que basta resumirlo al frente de un partido que va directo a su extinción y que solo es cuestión de tiempo, al que le seguirán permitiendo aún seguir en la cosa pública en su ubicación como oposición, de “rémora o en la chiquillada, herido de muerte” y enfrentar un destino cada vez más oscuro, desafiante e incierto.
El tricolor, dejó ser causa, motivo y destino, el cual al menos en la última década, han caído de manera libre y estrepitosamente, perdiendo no sólo elecciones, sino además, confianza y credibilidad, a la vez de un determinado número de militantes y simpatizantes que en definitiva, abandonaron sus filas, mientras que otros se mantienen en “el limbo” de las indefiniciones y gravitando en la nostalgia de lo que un día fue, de sus viejas glorias, de un pasado que ya pasó, de un régimen político que también desde hace tiempo caducó y enfrentar las nuevas realidades, la recomposición precisamente del “novo régimen”, un igual novedoso sistema de partidos, incluso, diversas formas de “elevar la competitividad y la participación democrática” en las urnas.
La evidente “farsa política” en la asunción a una Dirigencia Nacional anunciada y de la cual no se podría esperar otra situación anormal que ocurriera, y perdón, ” en el Mágico Circo de las Promiscuidades, y Perversidades, y de en balde sus ejemplares ideólogos de aquel siglo que referíamos, y de la elevada estatura de ” Don Jesús Reyes Heroles, Carlos Alberto Madrazo Becerra, en su momento, Porfirio Muñoz Ledo, Cuauhtémoc Cárdenas, Roberto Madrazo Pintado y Luis Donaldo Colosio Murrieta” y demasiados que todavía se encuentran en el activismo, entregando vida, cuerpo y alma al partido, sus ex presidentas y ex presidentes nacionales hoy en día, relegados y hasta expulsados por disidentes a un proyecto intolerante a la crítica.
Por otra parte, y es tan cierta la apreciación, que ahoramismo en el Senado de la República, la fatídica exclusión del Sonorense, Manlio Fabio Beltrones, previo a la integración del Grupo Parlamentario del PRI, en el que determinaron no incluirlo a la bancada, según por las acciones del senador, consideradas como un ataque grave a la unidad ideológica, programática y organizativa del partido, mencionan en un comunicado oficial, eligiendo a cumplir alrededor de 30 años como legislador, a Manuel Añorve como coordinador de la próxima fracción y en el Congreso de la Unión, de nueva cuenta estará Rubén Moreira Valdéz encabezando los trabajos en la LXVI Legislatura Federal, consolidando “El Grupo Alito”, en una supuesta “Nueva Era”, que inició con el completo y total autoritarismo y a “raja tabla”.
Las consecuencias de estos actos no tardarán, y peor cuando se tienen “facturas políticas que cobrar”, o de plano, seguir la ruta del éxodo y apartarse de un partido de masas que desafortunadamente pasó a una “simple célula”. Un partido francamente cerrado, excluyente y “para los cuates, la familia, las y los amantes, para los aplaudidores y agachones”, más que los disciplinados y quienes han medido la lealtad, por una “chambita”, favoreciendo en múltiples casos, a personas sin amor a la patria, y muchos de los que se quedan, el seguir considerando que estar fuera del presupuesto público es un gran error, o simple, “estar o no estar”, siendo una permanente voz crítica, demandando una auténtica democracia interna, carrera de partido, candidaturas de unidad y respeto a su militancia.
En el considerado “laboratorio político del país”, y la entidad de mayor padrón y listado nominal, el Estado de México, es la misma radiografía de la mediocridad, de frustración, de la derrota y la adversidad, el cierre del ciclo en el poder a casi 100 Años de ostentarlo con el último gobernador priísta vinculado al “Grupo Atlacomulco”, Alfredo Del Mazo Maza, su proceso de expulsión por “traición” tras la pérdida de la gubernatura del Edomex con “La Valiente”, Alejandra Del Mora Vela, o quizá su renuncia de las numerosas que se han dado en los últimos años en una “salvaje y descarnizada” lucha de poder contra “El magnate, Alito Moreno”, de quienes ni comparten ni principio, ni propósitos y mucho menos ideales, teniendo más poder su gente, por ejemplo, la diputada federal y líder Nacional de la CNOP Cristina Ruiz, que la dirigente estatal, Ana Lilia Herrera Anzaldo.
El PRI Mexiquense está “desarticulado, se encuentra desmadrado” por sus propias dirigencias que se cerraron a una nada y que se asumieron en aliados, cómplices, cófrades, y socios de la misma “mafia” que ha llevado al partido a la derrota sistemática desde el 2019. Cuando Alejandro Moreno asumió la dirigencia del PRI en ese año, el partido gobernaba, solo o en alianza, 12 estados. Ahora, el PRI solo controla dos gobiernos estatales: Coahuila y Durango. Moreno tomó el poder del PRI con gobiernos de su partido en Sinaloa, Sonora, Coahuila, Zacatecas, San Luis Potosí, Zacatecas, Tlaxcala, Hidalgo, Estado de México, Colima, Oaxaca, Guerrero y su natal Campeche. En las elecciones intermedias de 2021, el PRI perdió contra morena siete gobiernos estatales: Sonora, Sinaloa, Zacatecas, Colima, Tlaxcala, Guerrero y Campeche; además de San Luis Potosí con el PVEM.
Al año siguiente, las coaliciones encabezadas por el partido tricolor perdieron Hidalgo y Oaxaca ante la coalición morenista, aunque obtuvieron Durango, que tenía el PAN. En 2023, el PRI logró retener Coahuila, pero perdió el Estado de México, uno de sus bastiones históricos y la entidad con más votantes en el país (13 millones). Así, el reelecto Alejandro Moreno sólo tendrá gobiernos estatales de Coahuila y Durango. Sin embargo y pese a que inicialmente su mandato en el PRI terminaba en agosto de 2023, el priista operó para modificar los estatutos en diciembre de 2022 y extendió un año más hasta pasadas las elecciones federales. Con ello, definió las candidaturas y alianzas del actual proceso electoral. En ese orden, y aunque Miguel Ángel Osorio Chong y Claudia Ruiz Massieu impugnaron, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó la decisión. Meses después Osorio Chong y Ruiz Massieu, entonces senadores, tuvieron que dejar el PRI.
En ese trágico marco de referencia, asimismo se fueron también del tricolor, Eruviel Ávila y Nuvia Mayorga, quienes se integraron a la coalición morenista a través del Partido Verde. Una semana antes de la elección, la excandidata a la gubernatura del Estado de México, Alejandra del Moral, renunció al partido que dirigió localmente y donde militó desde sus 19 años de edad, saliendo fotografiada con la Presidenta Electa de México, Claudia Sheinbaum Pardo, enviando un mensaje contundente al PRI y a su dirigente nacional, Alejandro Moreno y que verdaderamente indignó a otros diputados federales del Edomex a la propia Ana Lilia Herrera y Laura Barrera Fortoul, y en la elección del domingo 2 de junio, apartar a todo aquel disidente, y no respetar a nadie, impulsado candidaturas sin trayectoria y sin conocer territorios.
Aunado a la determinación, excluir a liderazgos de “peso político” de toda una vida aportando al PRI todo tipo de recursos como es el caso de Naucalpan, en el que el diputado David Parra Sánchez le cerraron la puerta hasta por una “venganza política”, e integrar a Elías Rescala, a la misma “caterva o pandilla”, pese haber ganado un distrito geográficamente ganado, se le cayeron sufragios que se fueron a morena y al PVEM, disipando hasta “la dignidad”. El PRI Edomex perdió alrededor de 500 mil votos del 2023 al 2024, curules y ayuntamientos, y concebir después de los comicios en lo local, un Grupo parlamentario de solo 8 representantes populares; 2 de mayoría relativa y 6 de representación proporcional y en diversas regiones encontrase y para rato creo, en la adversidad, y complicadísimo salir del “hoyo” en el corto plazo y volver a “enamorar a sus potenciales electores”, y que a muchos, “ya les gustó en demasía, la estrategia de la dádiva”.
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