La Gran Fiesta Religiosa en Honor a San Bartolomé Apóstol, en San Bartolo Naucalpan, símbolo inequívoco de arraigo e identidad
• La celebración del 24 de Agosto, en todo momento logró integrar en su centro religioso, a gran parte de la población del municipio en tan importante día.
• La Festividad en serio, que estrechó en su momento los lazos vecinales y de fraternidad entre familias del pueblo y de otros lugares y que hoy en día, siguen socializando y conviviendo de algún modo.
• Hay, el San Bartolo del que muchos jamás olvidaremos.
Por Mario Ruiz Hernández
NAUCALPAN, Méx., a 24 de agosto del 2024 -De nueva cuenta como cada año, volver a la nostalgia de todo aquello que vivimos, los uno e innumerables recuerdos de vuestra Fiesta Grande en honor a San Bartolomé Apóstol y el amor al terruño, a los recuerdos de los vecinos y amigos del barrio, al centro de reunión en donde nadie claramente sobraba.
Es cierto, de alguna forma cada uno participaba de los actos preparatorios para el Día 24 de Agosto, niñas y niños del San Bartolo, Naucalpan centro, las aún y todavía el asistir cada sábado por la tarde a la doctrina y poder cumplir con el sacramento de la Comunión, y si, éramos bastantes los infantes de lo que es el territorio parroquial, de La Ramos Millán, Adolfo López Mateos y Unidad Morelos, hasta San José, la Primavera y las Vías del Ferrocarril Acámbaro.
La parroquia fue en mucho tiempo el punto de reunión vecinal, y prevalecía eso; lo bonito, el respeto, la colaboración y la ayuda mutua entre iguales.
Concebíamos el apoyo al prójimo, la socialización y sana convivencia de todos los extractos de la población, y tal parecería que no había esas líneas imaginarias entre ricos y pobres, aunque lo sabíamos.
Creo que no había barreras, la iglesia contribuyó a posiblemente omitirlas, y en el centro religioso lo mismo era tener en la catequesis a Esther Mayen que a “Quinita” y Altagracia Gutiérrez y en la humildad de la Tercera Orden, a las Hermanas Franciscanas, sobre todo con Doña Carmen Pérez, o ” La Familia Manzo, la Familia Rosas”, o “La Señorita Lupita”, que iniciaba su recorrido tocando la campana llamando al catecismo por la Calle Jardín, Isabel la Católica, y 5 de Mayo entre las vecindades de Don Federico Déciga, la Familia Becerra o de Don Paco y Manolo Cano, o en San José, con “La Señorita María Rangel y en las también vecindades de la Familia Rivero.
Asimismo, y en el antiguo rastro municipal en igual, la Calle de 5 de Mayo, en el que aquellos enormes corrales pasaron a la adaptación de numerosas viviendas que alojaron por demasiado tiempo a indefinidad de familias que llegaron de Provincia a San Bartolo Naucalpan en la búsqueda de oportunidades y una mejor calidad de vida.
Las vecindades de la Familia Herrera o de los San Juan, de esos largos callejones de pequeñas viviendas con sus patios centrales, sus baños y lavaderos comunitarios, que daban cuenta de un trascendente proceso de lo que hoy se le denomina la Iglesia social o su pastoral social.
Los lugares de visita claro para la invitación al catecismo, no desmeritaba, por la cantidad de niños en esas fabulosas vecindades que atravesaban de una cuadra a la otra, en donde a diario, se construía una historia que narrar o que compartir y que mostraban con gran autenticidad, y a veces con un interesante surrealismo la vida del momento en esas casonas rodeadas de viviendas de todo tamaño.
Cuántas epopeyas, cuántas cosas y situaciones de gracia, cuántas memorias e inevitablemente de aún. una serie de episodios para el recuerdo y de toda la vida.
Por otra parte, y también era cierto, el clásico dicho de nuestros mayores o grandes: ” El 24 de Agosto, el Día de San Bartolomé Apóstol, no corras porque el Diablo anda suelto”, y con ello, nos relajaban, o a lo mejor fuese pecado y en verdad que si lo admitíamos y andábamos por la casa o en la calle, sumamente tranquilos y hasta temerosos.
Referir que la Tradición católica señala que este día, el maligno sale a las calles a provocar accidentes, esto debido a que el Santo logró provocar su ira, y los más creyentes recomiendan permanecer en su casa durante todo el día o no realizar actividades peligrosas.
La Fiesta Grande, que después de la de la Virgen de los Remedios, la celebración de San Bartolomé Apóstol, concebían de las más importantes del municipio de Naucalpan: “El Lugar de las Cuatro Casas”, y que fuese el centro religioso donde pudo haber partido el proceso de evangelización en los demás pueblos originarios, desde Tlacopan (Tacuba), el Convento de San Gabriel a Sanctorum en la colonia Argentina, con los Padres Franciscanos de la Primera Orden en todo el municipio.
La Iglesia, la cual fue construida en el año de 1574 y concluida en 1575 en su primera etapa y en más de medio siglo después, el 25 de marzo de 1629, inició la cimentación de las Torres, su Cúpula y Crucero. en 1770 fue designada sede parroquial, y más tarde se convirtió en una visitaduría de los Padres Franciscanos, y la cual guarda y es testigo muda de toda una riqueza en el arte sacro, y de grandes testimonios de la historia de México en distintas etapas.
El colorido excepcional; el ambiente de fiesta y de fraternidad entre vecinos y su parroquia. La llegada al centro de la población de habitantes de comunidades, colonias, Fraccionamientos y sus pueblos a la Celebración Religiosa, a los Bautizos. Confirmaciones, Primeras Comuniones y hay quienes realizaban sus enlaces matrimoniales o la boda en tan célebre ocasión.
El “Día de San Bartolo o San Bartolomé Apóstol”, mantenía un fuerte sentimiento de arraigo, de pertinencia e identidad municipal, siendo este sitio el punto de partida para la edificación del mañana.
Claro que, en la periferia de la parroquia, en aquellos tendajos amontonados con huacales de madera de lo que fue el mercado de la cabecera en lo que actualmente es la Plaza o Parque Revolución, o mas adelante, la antigua Presidencia Municipal sobre la prehispánica Avenidas 16 de Septiembre.
San Bartolo, fue siempre y hasta la fecha, un lugar de paso para el comercio y los servicios; aquí, iniciaron las bodegas o abarrotería de “los Chimalpa”, “Los Cano, quizá Chucho, Ángel o Goyo; “la Casa Cadena, de Jorge, y las primeras dulcerías de Arcadio Cadena, antes que “La Mimi”, las carnicerías de la Familia Vázquez, Doña Paz, o Don Daniel, o los Colín, Don José, Federico, Daniel, Francisco, Ricardo y Roberto, o la de “Don Leopoldo Becerril, y la venta de leche de Don Andrés Becerril, por el antiguo correo.
El entender aquel San Bartolo y su Fiesta de San Bartolomé Apóstol, los apoyos a la catequesis, a los grupos y asociaciones religiosas, los benefactores, como “Don Agustín Vega, Don Romero, Gervasio Calderón, las Familias Rodríguez, Los Moreno” o Herrera, y muchos otros, de la calle de Primavera como los Navarro o Arzate.
La Celebración, los juegos mecánicos instalados sobre la calle 5 de Mayo y Primero de Mayo, en la calle Vicente Guerrero y José Becerril, el baile callejero, los grupos musicales que surgieron en el barrio, y hasta los grupos de cada ocho días en la iglesia que acompañan al sacerdote en la misa y que también tuvieron su auge por numerosas parroquias.
Nadie de los que vivimos en San Bartolo, podremos olvidar esta celebración en honor a San Bartolomé o Natanael (que significa “regalo de Dios”).
El evangelista San Juan llama Natanael, es el mismo que otros evangelistas llaman Bartolomé. Porque San Mateo, San Lucas y San Marcos cuando nombran al apóstol Felipe, le colocan como compañero de Felipe a Natanael. Era uno de los apóstoles con más estudios, ya que fue doctor en las leyes judías.
Se menciona que Bartolo contaba con una gran riqueza, debido a que era el propietario de grandes valles, principalmente el Valle de Chicama, una de las regiones más prósperas.
“San Bartolomé predicó el evangelio en la India. Después pasó a Armenia y allí convirtió a mucha gente. Lo martirizaron quitándole la piel, y después le cortaron la cabeza”.
Patronazgos
San Bartolomé tiene múltiples patronazgos, todos relacionados a la manera como murió: es patrono de los carniceros, fabricantes de libros, guantes, pieles, zapateros, sastres, mercaderes de queso, viñadores, albañiles y otros.