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septiembre 20, 2024

Hay veces que hasta el Diablo necesita un rezo

La Noticia

Fernanda Melchor, Aquí no es Miami

Para conocer un lugar tenemos que recorrer todos sus rincones y escuchar sus historias cotidianas. Un cronista tiene que desarrollar una mirada agudísima sobre asuntos totalmente banales. Aprender a suspender sus juicios, observar y hacerse preguntas para encontrar una historia que valga la pena en la cotidianeidad. La crónica: “es un texto periodístico que intenta mirar de otra manera eso que todos miran o podrían mirar. La crónica, Martín Caparrós (Random House, 2023). 

Fernanda Melchor, una mujer con pelo largo a media espalda, playera gris con la clásica carita de éxtasis de Nirvana, una sudadera abierta con capucha y unos jeans. Observa, pregunta e investiga todo lo necesario en su vida cotidiana y su entorno, para encontrar una historia. Luego saca su caja de herramientas literarias para contarnos un relato que nos mueva, que nos provoque, que nos haga sentir.

Aquí no es Miami
FERNANDA MELCHOR

Con una mirada aguda hace tomas aéreas, panorámicas, abiertas, primeros planos y acercamientos en los que podemos ver la piel que conforma el rostro de Veracruz. Sus textos funcionan como autorretratos. Estampas postales que la definen y la representan mostrándonos su vida, su entorno e historia, pero a pesar de hablar de ella nunca encontramos su rostro, sólo está su lenguaje, su letra escrita. 

Melchor presenta historias que en sus propias palabras: “No son textos periodísticos porque no incluyen  fechas, datos duros ni números de placas de automóviles…  pero tampoco son ficciones realistas: no hablo de lágrimas, hombres armados o niños heridos donde nunca los hubo. La única ficción que estoy dispuesta a reconocer en estos relatos es aquella que permea todo constructo del lenguaje humano, desde la poesía hasta la nota informativa: la forma del relato, su esquema organizativo.” Aquí no es Miami, Fernanda Melchor (Debolsillo, 2022).

“La mayor parte de las historias de Aquí no es Miami, son hechos que gran parte de los periodistas no consideran noticiosos, porque no hablan del ahora, de la noticia. Son hechos privados y subjetivos de la vida cotidiana. Historias de las que nadie estaba hablando. Faltaban las  historias de la gente normal, de a pie, sentía que se estaban perdiendo muchas historias. Quería escribir acerca de lo que era para una persona común y corriente vivir la violencia.”  Podcast Variedades, (Spotify 26 Abril 2018). 

  Como buena cronista, Fernanda ha aprendido a mirar y encontrar la toma perfecta. Ha desarrollado una narrativa que recrea esas escenas de forma tan vívida que con sus palabras nos lleva a los lugares para hacernos sentir lo que le sucede a cada personaje. También recrea con maestría los escenarios, volviendo a Veracruz un personaje más de sus historias. Historias cotidianas de un estado secuestrado por la violencia, de personas que han tenido que aprender a  seguir viviendo a pesar de lo sucedido, del dolor, la tristeza, la pobreza y la muerte: hay veces que hasta el Diablo necesita un rezo.

Fernanda utiliza todos sus recursos literarios creando escenas breves que nos producen emociones que explotan en nuestro interior. Contrastes emocionales que nos hablan de la complejidad humana y de cómo en un solo suceso coexisten al mismo tiempo todas las versiones posibles de un mismo hecho. 

Como si fuera la directora de una película documental, juega con la colocación de las cámara para contar lo que necesita. Sus panorámicas hacen una descripción del ambiente y el contexto social del estado de Veracruz y del país. Las tomas abiertas nos muestra la influencia de ese contexto en lo que le sucede a los personajes. En el plano entero conocemos a los personajes de forma íntima y cotidiana. En el primer plano nos muestra las emociones, costumbres, creencias, rituales, pensamientos y diálogos de estas personas que cobran realidad y en los acercamientos podemos ver las heridas e infecciones que están sufriendo

Aunque Fernanda Melchor estudió periodismo, siempre quiso escribir ficción. Estás crónicas las utilizó para hacer “músculo literario” y desarrollar su técnica y estilo propio, que después hemos visto aplicado en sus últimas novelas.  Es una autora interesada en el lenguaje y la forma de contar las cosas. Ella ha dicho que: El periodismo actual empobrece terriblemente el lenguaje, pues el periodista casi nunca se preocupa por causar un efecto, no piensa más allá de un hecho que se pretende verdad. El lenguaje se vuelve un vehículo para transmitir ese mensaje, pero no es un fin en sí mismo. “En México sucede que ante el aumento de la violencia, la dificultad de distinguir a veces entre el estado y la mafia y los niveles atroces de impunidad en nuestras sociedades acabamos usando el lenguaje de nuestros torturadores. Por ejemplo en México la nota roja utiliza los términos que usan los narcos como levantón, embolsar, ejecutar. No hay un cuidado con el lenguaje y acabamos reproduciendo este mismo lenguaje que nos están imponiendo.” Ibid. 

Aquí no es Miami

Sus escritos tienen una prosa afilada llena de poesía, que nos líquida emocionalmente. Aunque sus narraciones están vinculadas a la realidad, Fernanda se permite jugar con las formas del lenguaje, haciendo uso de muchas imágenes que por su potencia se nos quedan en la memoria aún después de cerrar el libro. Es una escritora que cuida mucho los detalles y las formas, cada frase está perfectamente construida para  potenciar las emociones que busca generar. 

Otro aspecto importante de la poética de sus narraciones es el ritmo y la sonoridad. El texto va variando su ritmo, puede ser lento, hacer pausas, acelerarse o guardar silencio. Tiene una forma parecida al lenguaje hablado, como si estuviéramos escuchando al narrador contarnos la historia enfrente de nosotros. Esto sin duda es una influencia de la cultura del estado de Veracruz donde se le da mucho predominio a lo oral. En Veracruz se ha desarrollado la décima; poema compuesto por versos de diez sílabas, que son musicalizados con sones interpretados con jaranas, requintos, arpas, marimba, percusiones tradicionales entre otros instrumentos. Son historias populares contadas por el pueblo y narran la historia del país y critican a los gobernantes. 

Las historias y la forma de contarlas de Fernanda nos recuerdan tanto a los sones como a la forma de hablar de los Jarochos, escuchamos claramente en su tono el acento típico de estos habitantes de la costa de Veracruz.

El hilo conductor de estas crónicas es el horror, que es abordado desde diversos puntos y formas. “La casa del estero”, es un increíble relato de terror sobrenatural en código de periodismo narrativo. “Reina, esclava o mujer” una sórdida historia de la reina del carnaval que asesina a sus hijos. También se adentra en las creencias y supersticiones del pueblo como en “Luces en el cielo”, otros relatos están más cerca de lo paranormal o lo fantástico, pero muchos de sus personajes han aparecido en el periódico, lo que provoca aún más terror al saber que son casos reales.   

Con los doce relatos de Aquí no es Miami Fernanda Melchor es la primera escritora latinoamericana en ganar el premio  Ryszard Kapuściński la mayor distinción en el género del reportaje literario a nivel internacional.

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