El 28 de marzo de 2025, un devastador terremoto de magnitud 7.7 sacudió el noroeste de Birmania (Myanmar), afectando también a varias regiones de Tailandia y otros países del sudeste asiático. El epicentro del sismo se localizó cerca de Mandalay, la segunda ciudad más grande de Myanmar, a una profundidad de solo 10 kilómetros, lo que amplificó su impacto.
Impacto en Myanmar
El terremoto causó una tragedia en Myanmar, con al menos 144 muertos y más de 730 personas heridas. La ciudad de Mandalay y la capital administrativa Naypyitaw fueron algunas de las más afectadas, con numerosos edificios colapsados y grandes daños en infraestructuras. Las autoridades locales han declarado el estado de emergencia en seis regiones y estados afectados, mientras que los esfuerzos de rescate continúan. La población se enfrenta a dificultades debido a la destrucción de viviendas y servicios básicos.
Daños en Tailandia
En Tailandia, aunque el epicentro se encontraba en Myanmar, los efectos del terremoto también fueron devastadores. La capital, Bangkok, fue testigo de escenas de pánico cuando se derrumbó un edificio en construcción de 30 pisos, dejando al menos tres muertos y más de 90 personas desaparecidas. Las autoridades han reportado daños en varios edificios y estructuras, lo que ha generado evacuaciones masivas y caos en las calles de la ciudad.
El sismo también se sintió en otras partes de Tailandia, especialmente en el norte y noreste del país, lo que llevó a que se emitieran alertas de posible tsunami. Sin embargo, el fenómeno no se materializó. Los equipos de rescate trabajan incansablemente para localizar a los desaparecidos y brindar asistencia a los sobrevivientes.
Reacciones Internacionales
El terremoto, que también afectó a otras regiones cercanas, como el suroeste de China, ha generado una ola de solidaridad internacional. Países vecinos y organizaciones humanitarias están enviando ayuda para apoyar las labores de rescate y la atención a las víctimas. Las autoridades en la región siguen evaluando los daños y coordinando esfuerzos para ofrecer asistencia urgente.
Este trágico evento subraya una vez más la vulnerabilidad sísmica de la región del sudeste asiático, que se encuentra cerca de la llamada “Anillo de Fuego del Pacífico”, donde ocurren numerosos terremotos y actividades volcánicas. Las labores de reconstrucción serán un desafío a largo plazo para las naciones afectadas.
¿Qué sigue? A medida que los equipos de emergencia continúan su trabajo, el foco sigue siendo encontrar a las personas atrapadas bajo los escombros y ofrecer atención médica a los heridos. Las autoridades locales han instado a la población a mantenerse alerta ante posibles réplicas y a seguir las instrucciones de evacuación y seguridad.
El impacto de este terremoto es devastador, pero la cooperación internacional y los esfuerzos de la comunidad local brindan esperanza a los afectados, quienes enfrentan una difícil reconstrucción tras la tragedia.
