En la realidad, en el presente y el futuro, el acabar con la progresión desmedida, los carteles inmobiliarios, y derogar lo que el pueblo presumiblemente “no quiere”.
El municipio hemos sostenido en distintos momentos ha llegado a la longevidad precisamente urbana, y tenemos por consecuencia lógica adaptarnos a lo global sin la metamorfosis agresiva.
En la política urbana del presente y futuro para Naucalpan, los costos-beneficio, la utilidad social y la progresión, en nada escapa “el nuevo rumbo” que habremos de sortear frente a la alternancia político-electoral.
Los antecedentes son muchos; los completos rechazos ciudadanos a los Planes de Desarrollo Urbano Municipal, uno totalmente insubsistente que un juzgado de circuito con sede en Naucalpan así lo declararía, del gobierno de morena que presidió la ex alcaldesa Patricia Durán.
Por otra parte, el actual de la administración de Angélica Moya que aún mantiene al parecer su vigencia.
Sin embargo, el qué probablemente venga o se diseñe, si es que a si fuera el caso, evaluar hasta dónde sí, y hasta dónde no, del que se tiene por el momento y ponerlo a las condiciones del Naucalpan de este tiempo, en el que efectivamente, se requiere un proceso de reingeniería urbana.
Es necesario crecer con orden, con sustentabilidad y viabilidad manteniendo siempre en claro, la capacidad de resolver los grandes temas que trae consigo la modernidad o la ciudad del mañana.
Naucalpan hemos sostenido en distintos momentos ha llegado a la longevidad precisamente urbana, y tenemos por consecuencia lógica adaptarnos a lo global sin la metamorfosis agresiva.
Asimismo, cuidando y protegiendo nuestros entornos, nuestras zonas naturales, y áreas protegidas, así como el hábitat, los ecosistemas y nada menor, los servicios básicos, agua, seguridad y movilidad.
En el último lustro, la política urbana entró en una especie de crisis, cuyos antecedentes del pasado en el que se posibilitó una progresión desmedida, y el crecimiento en lugares no aptos para la vivienda, detonó en el incremento, de numerosas “Favelas, Chabolas o Ciudades Misera”.
La falta de oferta de vivienda; la expansión territorial, la expulsión de numerosos flujos migratorios de la “Ciudad Madre; DF., hoy Ciudad de México”, a la periferia, degeneró también el orden urbano.
Por otra parte, las facilidades de entre una cadena de presuntamente “carteles inmobiliarios, carteles ejidatarios, y autoridades de todo nivel e instancia”, han provocado la mutación de la tierra.
De igual forma, el radical cambio de la vocación y los usos del suelo urbano y sus densidades; permisos o no, de unos y otros; la “papa caliente” a propósito de haber quién la agarra.
Las grandes hipótesis y los planteamientos del mañana, nos sugieren de la enorme capacidad y facultad de derogar todo tipo de permisos y si fuere necesario, demoler edificaciones que rebasan justamente toda normatividad, en diversos lugares como indiscutibles actos de congruencia.
Efectivamente, acabar con “los carteles inmobiliarios”, y sea quien sea que esté detrás de tal industria, y no sólo en Naucalpan, sino en municipios limítrofes aún con justamente vocación forestal.
Dimensionar y a toda escala el asunto; puesto que Naucalpan merece un nuevo rostro urbano; una nueva e innovadora política pública todavía más allá de “la dádiva” y los programas sociales.
El reconstruir la red hidráulica que supera los 50 años; el saneamiento de ríos, arroyos, presas y cuerpos de agua que atraviesan la demarcación quizá con la misma antigüedad.
El reordenamiento del comercio en todas sus modalidades; en la vía pública, más que su reubicación, y promover la semaforización, peatonización, una nueva sociología urbana, puesta al servicio de la gente.
Aunado a la recuperación de las vías del ferrocarril y proponer un nuevo transporte que aproveche estos durmientes; y en serio, las soñadas y de cada tres años, ciclovías.
La urgente instalación de los territorios de paz y la creación de las Utopías en zonas marginadas del municipio con el objetivo de atender de manera preventiva las causas de la inseguridad; y en las que hasta donde se sabe; estos espacios ofrecerán actividades culturales y recreativas para las familias.
Finalmente, el entender del mismo modo, precisamente el “Novo Naucalpan”, el que se edifica cerca de la VI sección de Lomas Verdes; Altavitta, en Bellavista o Praderas de San Mateo, o al otro extremo, en Villa Alpina, San Francisco Chimalpa y en Tecamachalco.
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