¿Alguna vez has estado un fin de semana viendo películas, leyendo un libro, jugando videojuegos, escuchando música o realizando alguna actividad que siempre ha sido entretenida y te llena de alegría y emociones positivas? Sin embargo, de repente, otro fin de semana o al día siguiente de un día lleno de alegría, empezaste a sentir que nada te emocionaba. Ponerte a jugar un videojuego que siempre es entretenido, pero de la nada se volvió aburrido de un día para otro; ver una película se vuelve pesado y no entiendes por qué ahora sientes que ninguna actividad te llena. Si es así, quédate; quizá este artículo te ayude a comprender mejor estas situaciones.
¿Deje de disfrutar o algo mas me afecta y por ello no lo disfruto?
Antes que nada, hay que entender que muchas de estas cosas pueden ser ya sea por una influencia propia o externa. Por ejemplo, vamos a ver todo esto con un caso hipotético para tratar de entender mejor este tema:
Imaginemos por un momento a un chico que en su día a día va a la escuela y luego de ello llega a casa a jugar videojuegos. Un día, este chico va a la escuela y tiene un examen de cálculo diferencial que será bastante difícil. Sin embargo, llega a la escuela y lo presenta. Terminando su examen, el chico queda muy nervioso porque el examen fue más difícil de lo que pensaba y no sabe si sus respuestas fueron correctas. Por lo tanto, se queda con una sensación de nerviosismo y ansiedad y se va camino a casa. Llegando a su casa, como de costumbre, se pone a jugar videojuegos. Sin embargo, él mismo nota que no se está divirtiendo como el día anterior; al contrario, siente que no es lo mismo y es aburrido. Por más que piensa en por qué el juego no es lo mismo, la verdad es que ese nerviosismo que carga en el momento por su examen de cálculo está afectando su día a día, porque se quedó con una carga mental por su examen, lo cual influye en sus emociones y en la forma en que disfruta las actividades que realiza. Pero, pasado unos días, le entregan los resultados. El chico ve que su calificación fue de 90, lo cual es excelente, y todo ese nerviosismo y ansiedad que cargaba se disipan y dejan de afectarlo. Posteriormente, ese día, al volver a casa y ponerse a jugar videojuegos, los disfruta como siempre lo había hecho antes, y esto debido a que esa carga mental que tenía desapareció.
Con esto visto, puedo darte a entender que muchas veces no es solo que algo simplemente nos deje de gustar o que de la nada ya no nos llene como solía hacerlo antes. Simplemente, muchas veces en estas ocasiones estamos atravesando algo que puede causar revolturas o ansiedad en nuestra mente, por lo que aquello que solía ser divertido o disfrutable deja de serlo. Te puedo decir con seguridad que lo has pasado: en algún momento jugabas un videojuego y no lo disfrutabas porque pensabas en una situación que te tenía tenso en ese momento; estabas viendo una película y la pausabas a cada rato por estar pensando en algo que te conflictuaba; o ibas al gimnasio y no podías rendir como antes debido a que una situación afectaba tu estado de ánimo.
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La importancia de cuidarse a uno mismo en esta situación si padezco depresión
Es muy importante empezar a concientizar sobre nosotros mismos y la importancia de mantener nuestra salud mental lo mejor cuidada posible. En estos casos de pérdida de gusto en actividades y cosas que uno disfruta, también puede ser provocado por un caso de depresión, ya sea un caso pequeño o uno severo. Sea cual sea, es importante entendernos y tomar el espacio que necesitamos para poder saber qué es lo que nos afecta de manera externa o interna. Algo externo que nos afecte puede ser una ruptura amorosa, una pérdida o un comentario feo de otra persona. Pero también está lo interno, donde el sobrepensamiento, la autoexigencia e incluso la creencia de que uno no es bueno pueden causar un trastorno de depresión en menor o mayor medida. Esto nos lleva a que mucho de lo que solía causarnos un impacto positivo en nuestro día a día deje de hacerlo y pase a ser algo aburrido, sin chiste o incluso se llegue a pensar que es una pérdida de tiempo.
Es muy necesario saber controlarnos y manejarnos si un caso de depresión está presente, ya que no solo existe la posibilidad de dejar de disfrutar cosas como leer, salir, ver películas y demás, sino que también pueden llegar casos severos en los que uno puede llegar a no disfrutar la vida. Por ello, es muy importante aprender a entenderse uno mismo, y si no es posible, lo mejor sería acudir a un profesional de la salud mental para que te pueda ayudar a saber manejarte a ti mismo, ya que a veces suele ser muy complejo lograrlo uno mismo. Si no tienes esa posibilidad, también puedes hablar con la persona de confianza más cercana que tengas y contarle lo que te sucede, ya que, lo creas o no, a veces el platicar sobre lo que atraviesas ayuda mucho a relajarte y mejorar. De paso, puedes llevarte un consejo de esa persona de confianza. Si tampoco cuentas con alguien de confianza, hay muchas otras alternativas. Existen muchas instituciones gratuitas a las que puedes llamar y estas te darán el apoyo que más necesitas cuando el mundo se desmorona a tu alrededor. Lo importante será siempre procurarte para conseguir la estabilidad que te mereces.
¿Entonces siempre pensé que solo deje de disfrutar cuando no era así?
Prácticamente podríamos decir que sí, pero realmente, en algunas ocasiones, puede que genuinamente nos dejen de gustar las cosas. Sin embargo, si realmente nos planteamos las cosas desde una vista objetiva, aquello que te deja de gustar lo hace debido a algún motivo. Así que sigue dejando de gustar por algo externo, aunque ya no sea por un motivo “mental”, por decirlo de alguna manera. Realmente es muy similar, pero volviendo al punto, muchas de las cosas que de la nada dejan de agradarnos suelen ser a raíz de alguna problemática que estemos atravesando y cómo nos hace sentir esta, como tristeza, ansiedad, enojo e incluso la felicidad. La felicidad también puede causar que dejemos de disfrutar de X o Y cosa. Por ejemplo, un niño con un juguete: el niño puede siempre jugar con un carrito, pero un día le regalan una figura de acción y, a raíz de ello, el niño disfruta más jugando con la figura de acción que con el carrito, y jugar con el carrito ya no es tan disfrutable. Por ello es que nuestro estado mental y emocional afectan dicha pérdida de disfrute de las cosas.
En resumen, trata de entenderte a ti mismo y lo que atraviesas, ya que eso que llega a causar poca o mucha niebla en tu cabeza puede hacer que pierdas el gusto por algunas actividades de tu vida cotidiana. Por ello, siempre es bueno trabajar en uno mismo a nivel de salud mental y no solo trabajar en uno solo de manera profesional.
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